Un día del cielo llegaron
envueltos en bendición
tres pequeños, tres regalos
que fortalecieron nuestra unión,
siendo hoy nuestros motivos
y nuestra principal razón,
llenaron nuestro hogar de risas
y de amor nuestro corazón.
El primero nos llenó de dicha
cuando al fin pudo llegar,
fue tan larga aquella espera
cuánto lo ansiamos abrazar!
'es una niña' dijo el doctor
y Sandra la quisimos llamar.
Cuando llegó el segundo regalo
cuánto nos vino a sorprender
es que fue una mujercita
que nunca soñamos tener,
tan linda mi Anita,
que al corazón hizo enternecer,
cuando supimos que era niña
no lo podíamos creer,
pero al igual que a Sandra,
cuánto la sentíamos querer.
Pero el regalo más inesperado
aún faltaba por llegar,
teniendo Ana catorce meses,
me volví a embarazar,
Dios nos daba otra bendición
sin poderlo siquiera planear
y entonces llegó Marina
a terminar de iluminar
nuestra vida con sus travesuras
y a completar nuestro hogar
que con esos tres regalos
ya nada le puede faltar.
Bendito Dios que tanta dicha
nos haz querido mandar,
gracias por esas tres hijas
que nos vinieron a enseñar
que el amor y la salud
con nada se puede comprar
y que conocer nuestra sangre
es una forma distinta de amar.
Con todo mi amor.
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