El aumento de las temperaturas que conlleva el verano trae consigo pequeñas modificaciones en los hábitos de vida para adaptarse mejor a los calores estivales. Es el caso de la nutrición, que se fundamenta en comidas frescas, productos ligeros y mucha hidratación. La fruta, sin duda alguna, es uno de nuestros mejores aliados.
En el mercado no sólo podemos encontrar las habituales piezas de fruta que están presentes todo el año, sino que ya en junio comienzan a comercializarse las deliciosas frutas de verano. Melocotones, sandías, melones, albaricoques, cerezas... Todas ellas están exquisitas y tienen algo en común: son sanas, nutritivas, hidratantes y no engordan.
viernes, 11 de junio de 2010
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